CRÍTICA: Francisco Calderón M.
A «tablero lleno» se celebró el concierto que la cantautora y cantante chilena Camila Bañados presentó en el marco de Teatro a Mil 2025 en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM), junto a los músicos que la acompañaban con instrumentos clásicos como violín, bateria, flauta traversa, saxofón y trombón como diversos cantantes invitados que subieron al escenario a cantar sus canciones o a cantar con ella.
Con una iluminación excelente, de azuladas luces claras y azules para iluminar el escenario y a Camila; un costado, una gran bola de espejo, que en un momento iluminó el escenario dándole un aire dinámico al ritmo de las canciones y la bateria; la dirección de arte muy conceptual junto a las telas españolas que adornaban el escenario, lugar en el que una bailarina danzaba a través de ellas entre la luz y sombra que tenuamente iluminaba sus movimientos al son de la música de Camila, y un alfarero que durante todo el concierto fabricó un macetero de greda a un costado de toda la escena, mano a mano, hicieron de este, un concierto muy novedoso mostrando un oficio, un gran valor, debido a que no todos conocen este arte, y Camila le daba una vitrina importante en un escenario lleno de músicos. Y es aqui donde podemos ver cuando el teatro y la música van de la mano, porque como ella lo dijo en la entrevista de Sublime: «Mi concierto no será sólo música» y cumplió con todas las expectativas.
El concierto comenzó con las canciones de un invitado muy especial de Camila, Nicolás Carreño, un famoso cantautor de la ciudad de Rancagua, quien con su guitarra y punteo cantaba sus propias composiciones, dándole la visibilidad que necesita en un gran escenario como su espectáculo, en un magno festival como lo es Teatro A Mil.
Siguió con las presentaciones de Camila, quien repasó todas sus canciones pasadas como el tema «Árbol» y «Viento» del disco «Viento 1» y «Persianas» de su primer EP, y mostró parte del repertorio de un nuevo disco, en un género muy sutil como el indie, con algo de melancolía, pero con grandes matices de jazz, pop y electrónica, momento en el que los músicos como Jorge Zúñiga en la batería; Julián Romero Parada en el bajo eléctrico; Gonzalo Mera Santander en la guitarra eléctrica; Alfonsina García Raposo en el cello; Camila Seguel Cifuentes en el violín; Ignacio Díaz Lahsen en los sintetizadores; Klaus Brantmayer en el saxofón y la flauta; Catalina Herrera Andrade como la bailarina hacen vibrar a todo su público presente, gracias a un gran equipo técnico como Daniel Downey en la perfomance; Matías Saldías en el sonido y Camila Fuenzalida en el registro se puede hacer posible un espectáculo tan bonito.
Camila canta en una escena donde a ella se le ve muy natural como es, cantando en su mejor estilo junto a una orquesta de 7 músicos, sintiendo, bailando y gozando en el escenario, asi como ella misma lo definió durante el concierto: «no estoy tan nerviosa, como que primera vez que estoy más relajada».. Camila conversaba con su público porque ella realmente tiene un estilo que traspasa corazones y llegan al alma, y los espectadores vibran con cada canción y cada nota musical de todos los instrumentos.
Los instrumentos y su coordinacion es un factor clave en el concierto. Escucharlos en un disco, no es lo mismo que escucharlos en vivo, porque puedes oir la melodia salir de los parlantes, llenar el salón y sentir realmente que estas en una fiesta junto a ella y todos sus músicos. Es un espectáculo que valia la pena ver en un 100%, especial para sus fans asi como para quienes no la conocían, fue un concierto para encantarse y ser un melómano de la música y empezar a escuchar sus canciones.
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