CRÍTICA: Francisco Calderón M.
En un costado del escenario se encuentra el actor Marcelo Alonso, en una postura reflexiva y sentado sobre una silla, bajo una intensa luz amarilla que solo estaba sobre el, mientras el resto de la sala estaba totalmente oscuro, centrándose todo en las acciones del profesor obsesionado que buscaba a Yin, hijo de Gabriela Mistral, para salvarlo de un infierno del suicidio. Esta escena resume la esencia de la obra.
Es una obra de teatro con un monólogo muy intenso y complejo de comprender a veces pero tambien con cómicas reflexiones en otros momentos. Con una muy buena dirección de arte que construye una atmósfera aterradora a través de una neblina que los espectadores puedes descubrir en la misma sala, y un gran pedazo de roca al fondo que simboliza el peso de la culpa, con las que debe cargar una persona como el profesor o Yin o cualquier persona que se suicide, tal cual como el videoclip de la canción «The Unforgiven» de Metállica.
El profesor comienza con sus reflexiones acerca de su obsesión por salvar a Yin, y cuenta la experiencia que ha tenido con sus alumnos, encontrándolos a ellos frente a un pedazo de roca, quienes recostados estaban sobre el suelo, haciendo «la cimarra» y el los increpa, pero a la vez le hacen ver y confrontar sus obsesiones con Yin. Es un espejo para su alma.
Mikclee Lafond y Steevens Benjamin personifican a estos dos alumnos haitianos que estan en el subconciente del profesor, que con un vistoso vestuario escolar son el sostén de las reflexiones de el, son la chocante realidad que el personaje de Alonso no quiere ver y sentir la culpa de Yin tras identificarse con el y tratar de comprenderlo y desentrañar sus pensamientos y emociones para asimilarlo con el mismo, pese a ser un maestro de educación alcoholico.
Para verla debes tener un cierto criterio formado para poder entender la complejidad y el desarrollo de la historia, ya que no es una narración, si no, que es un larga reflexión acerca de Yin, y todo lo que pasa por la mente de una persona con una depresión. Y la obra quiere transmitir eso, en la actuación, en el conflicto existencial asi como en la atmósfera que logra profundizar y aportar a la obra entre la niebla, el silencio y la oscuridad, contrastado con una tenue luz que nos dirige la obra hacia los personajes que nos llevan a adentranos a nosotros mismos acerca de este tema tan profundo.
Es una buena obra, ideal para reflexionar, para quienes les gusta pensar y empatizar por otras personas asi como gustan de la psiquiatria y psicologia y temas pensantes.



YIN, EL HIJO REAL DE LA ESCRITORA, POETISA Y PREMIO NOBEL GABRIELA MISTRAL

